martes, 8 de mayo de 2012

Cuzco - Machu Picchu (Perú). Episodio II.

Mi nuevo mejor amigo es el repelente para bichos. Se ve que también sirvió para pasar desapercibido por la selva, camino a la ciudad de Aguas Turbias, perdón, Calientes. Llegamos al hostal agotados, hambrientos y con ganas de una buena y merecida ducha. Una nueva sorpresa. La cena está incluida en el precio, pero esto es lo único que nos ofrecen, Cuy al horno.
Por mucho que sea el plato nacional del Perú, me niego a comer una mascota. Prefiero una zapatilla o un calcetín viejo. Tienen mejor aspecto. No bromeo. Quién sería capaz de tragarse el regalo de cumpleaños de un niño de seis años? Observad a la dulce criatura antes de pasar por las manos expertas de un chef peruano. Hay Burger King en el Machu Picchu?
Un nuevo imprevisto. Tenemos que despertarnos a las 04:00h para subir a la montaña inca. No hay problema, adoro madrugar. Eso sí, de las quince personas que conformamos el grupo, mi amigo Héctor y yo somos los únicos que no tenemos desayuno. Al parecer el tipo de la agencia olvidó poner una X en la casilla correspondiente. Viendo la cena, prefiero no saber que habría para desayunar. Pero aún hay más. El guía nos dice que tampoco tenemos billete de vuelta en tren. Después de la expedición debemos volver andando por la selva, los dos solos. Eso o pagar por adelantado 12 dólares, sin garantizarnos el pasaje. Desolador. Cuentan que hay un elemento que alquila cóndores que te sacan volando de allí, pero hay veces que el cliente se suelta de sus garras y aparece en el océano pacífico, arrastrado por las frías y salvajes aguas del río sagrado del inca. Qué remedio, a pagar. Nos piden el pasaporte, requisito indispensable para comprar los boletos del tren. Cuando volvamos del Machu Picchu de los...perdón, seis horas después, nos los devolverán. Sí o qué! Para entonces ya hay dos peruanos suplantándonos en el aeropuerto de Barajas, entrando de forma legal en el país. Otra leyenda dice que un grupo de israelíes cedió sus documentos y ahora malviven en la zona sur de las montañas. También conocidos como "Jata-jatas", no han conseguido salir en años del lugar. Tienen miedo a volar en cóndor. Se llevan bien con los gringos caníbales, pero siempre hay algún brasileño que no encontró tren de vuelta y se dedica a seducir a mujeres de ambas tribus, creando mal rollo y confusión. Vamos, digno de telenovela.
Sé que no viene a cuento, pero un perro me vomitó encima mientras le acariciaba. Más atractivo para los mosquitos. Como nos encantan los finales felices, hay que decir que el objetivo se cumplió. La ciudad perdida se muestra ante nosotros. Es un lugar mágico, entre dos picos imponentes, fuera del alcance de miradas extrañas. Pero eso fue en otra época, cuando el turista japonés no existía. Ni tampoco el gringo estúpido que cree que la foto de turno mejora si sale él haciendo el bobo, subido a unas ruinas que tienen mucho más valor que su propia cabeza.
Con paciencia es posible encontrar un lugar solitario desde donde se puede observar el recinto. Fue una especie de universidad para ricos, donde se reunía a los hijos de los jefes para educarles de manera especial. Cuando llegaron los españoles, espada en mano, los incas huyeron por las montañas. Para evitar ser perseguidos, destruyeron el camino por el que huían. Lo que no sabían es que los conquistadores jamás encontrarían la forma de llegar hasta la ciudad. Hoy en día es igual de complicado, pero con dinero se llega hasta el infierno. Esto queda del sendero, o camino inca.
El esfuerzo valió la pena. La aventura no nos convierte en héroes, pero si en tipos afortunados. Machu Picchu es un lugar especial, aunque cientos de personas lo abarroten a diario. Transmite paz y descanso, aunque tus huesos estén al límite por el esfuerzo. Y aún queda el regreso a Cuzco. Pero esa es otra historia.
Agradecimiento público para mi compañero de fatigas. Gracias Héctor. Sin tí esta historia no habría sido posible. Viva Móstoles!

1 comentario:

  1. Jolinnn!!!ya vemos que ha sido divertido!!valla,te ha pasado de todo!!..
    Bueno,la aventura a valido la pena!es un sitio muy especial...
    Que pena,.eso es un hamster de toda la vida!!nosotros teniamos,varios de pequeños!!pobrecitooo..

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