viernes, 6 de abril de 2012

Parque nacional Eduardo Avaroa (Bolivia)

En Bolivia se encuentra una de las nuevas siete maravillas del mundo, el Salar de Uyuni, un lago salado de más de 12000 metros cuadrados de distancia. Lo excepcional de este lugar es la forma de llegar hasta él. Desde la ciudad de Tupiza, al sur del país, se realizan excursiones de tres días que te permiten recorrer unos lugares impresionantes, hasta alcanzar el destino. Paso obligado es el Parque Nacional Eduardo Avaroa. A más de 4000 metros de altura, en su interior encuentras pueblos indígenas, animales salvajes, lagos de diferentes colores y nevados volcanes.
Caminos de tierra, montañas duras y agresivas, un desierto inmenso. Tras el primer agotador día de marcha, un pueblo fantasma aparece ante nuestros ojos. Demasiado frío para sus habitantes. El sol ingenuo del amanecer no era suficiente para calentar los ánimos.
Horas agotadoras de viaje, almuerzos ligeros en la parte trasera del 4x4 o encima de una roca, improvisada mesa para seis personas. Albergues sin agua caliente ni luz. Todo se olvida ante la visión abrumadora de los primeros lagos. Imposibles, entre volcanes, a una altura que te impide respirar con facilidad.
Todavía siento como se me acelera el pulso al recordar la imagen del Lago Verde. Frontera natural con Chile, dos volcanes custodian las tranquilas aguas sulfurosas de un increíble regalo de la Pachamama (madre naturaleza). Agua sin vida, color de esperanza.
Sin tiempo para recuperar el aliento, pasando por el valle de Dalí, desierto repleto de rocas surrealistas, a 5000 metros de altura se encuentra un lugar tán cálido como sobrecogedor. La tierra se abre para mostrar lo que llevan miles de años cocinando. Un caldo poco sugerente y maloliente.
Segunda noche de descanso, por llamarlo de alguna forma. A poca distancia del albergue nos esperaba una nueva sorpresa. Miles de flamencos descansaban en las aguas de la Laguna Colorada. De nuevo un majestuoso volcán adornaba la visión del lugar.
Por fin comienza el descenso. La respiración vuelve a ser rítmica. La cabeza va librándose poco a poco de la presión de la altitud. El árbol de piedra, el valle de las rocas, cielo azul absoluto. El color del cielo boliviano es único, puro y amable. Un nuevo lago, un nuevo color. La Laguna Negra surge entre peñascos. No hay más espacio en mi mente para tanta belleza natural.
Pasamos el pueblo de San Cristóbal y salimos del parque. La naturaleza queda atrás. Al llegar a Uyuni encontramos un cementerio atípico. Trenes de carbón abandonados nos indican que la civilización, algo obsoleta, está cerca. Por fin una ducha caliente calmará nuestros cansados y sucios cuerpos.
El salar nos recibe de esta manera. Una bello amanecer ante unos ojos todavía entrecerrados. Fuego en el cielo.
Un desierto blanco, inmenso. Las dimensiones y la perspectiva desaparecen frente a una luz tan fuerte como hipnotizante.
De Tupiza a Uyuni. Cientos de interminables y molestos kilómetros de una belleza sin igual. Lugares aún sin conquistar por las masas de turistas. Gentes amables, dispuestas a compartir charlas intensas contigo. Gentes humildes y discretas. Tan lejanas del habitante de la ciudad. Una experiencia única. Un descanso merecido.

6 comentarios:

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  2. Me encanta!!a cada cúal es + increible!!Parece mentira que esto pueda existir!!
    P.d-estoy de acuerdo con Gemmita,nos encantará,que añadas historias...

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  3. tú lo has dicho todo.........
    q preciosidad!! vaya paisajes!!!
    próximo destino?? mejor todavía? :)

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  4. Al leer lo que escribes,trasmites una sensación de que estas tocando los lagos, de que estas cerca de la paz, de que estas cerca del cielo,de que yo tambien estoy viendo esos paisajes.
    Me encanta como trasmites lo que ves.Pero como en el anterior comentario,insistó,cuentamos un poquito de las historias que vives con la gente que vas conociendo.
    Posiblemente, nosotros no tengamos nunca la oportunidad de vivir lo que tú estas viviendo.
    Esperamos nos sigas acercando a esas tierras.

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  5. La fotos de los flamencos, del Jeep y del perro, son de 1O. El perro parece un pastor vasco.¿puede ser?.

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  6. Gemma, gracias por tus palabras. Trato de acercar lo que veo de una forma sencilla pero con la carga de sensaciones que me produce lo visto.
    Me cuesta un poco más con las personas. Los paisajes trasmiten sensaciones. Las personas crean lazos, efímeros o eternos. De momento no encuentro la forma de abordarlo, pero lo intentaré.
    Y el perro... imposible saberlo. Estaba tan sucio y enmarañado que ni se le veía la cara. Un abrazo.

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