domingo, 6 de mayo de 2012
Cuzco - Machu Picchu (Perú). Episodio I.
Hay ciertos lugares en el mundo que tienen una mística especial. Ya sea la mano del hombre o la sabiduría de la naturaleza la culpable de su existencia, es obligada la visita. Es un deber moral conocer lo que cientos de personas pisotean a lo largo del día y enriquece a unos pocos a su vez. El monte sagrado Machu Picchu y su ciudad perdida es uno de ellos.
Desde la ciudad de Cuzco puedes acceder a Aguas Calientes, una especie de Andorra selvática a la que se llega en tren, después de vender un riñón para pagar el pasaje, o caminando cuatro días por los bosques, después de vender los dos riñones para pagar la excursión.
Sin embargo hay otra opción más económica. Montar en una furgoneta roñosa, seis horas de viaje por carreteras infernales, dos horas más a pie por la vera del río sagrado del Inca (nombre muy original) y, finalmente, alojamiento en hotel de una estrella... o era una cucaracha?.
Cuzco, la puerta al Machu Picchu, es una ciudad curiosa. El imperio Inca tenía aquí su sede hasta la llegada del conquistador español. Los templos fueron destruidos y en su lugar crecieron como champiñones majestuosas iglesias.
Hoy día los conquistadores del lugar son los israelíes, que acuden a manadas a sus hostels, discotecas y agencias, buscando el precio más barato para divertirse y aburrir al resto de los mortales.
Aún así la ciudad tiene su encanto. Por ejemplo, protestas sociales y marchas militares infantiles a la misma hora, en el mismo lugar y con el señor Calamardo, sí, el de Bob Esponja, animando al personal. Una locura.
Comienza la aventura. El gobierno peruano está construyendo una central hidroeléctrica al pie del Machu Picchu. Todo muy correcto y lógico. Para llegar hasta allí se ha improvisado un camino estrecho y tortuoso siguiendo la dirección del río. Avispados hombres de negocios (jóvenes emprendedores en España) vieron allí una oportunidad única para sacar los cuartos a los turistas menos pudientes y permitirles conocer una de las maravillas del mundo. Caídas de más de cien metros, curvas imposibles, piedras del tamaño de un melón en mitad del sendero, cerdos, burros, gallinas y camiones de obra surgiendo de la nada. Todo ello te lo vas encontrando, ya que en la agencia-tienda de recuerdos-lavandería nadie te ha informado de las características del recorrido.
Cuenta la leyenda que un colectivo lleno de gringos cayó meses atrás por el precipicio hasta el río. Al ser una zona de difícil acceso y de mínima presencia humana, nadie advirtió el suceso y no pudieron ser rescatados. Se dice que la gran cantidad de ropa de llama que vestían (aunque la temperatura era superior a los 30 grados), comprada en los mercados de La Paz, Copacabana o Cuzco, amortiguó los golpes. Muchos sobrevivieron, pero desde entonces vagan por la selva buscando alimento y pis de mono. Les llaman la tribu de los gringos caníbales, extremadamente peligrosos. Ejemplo de sus ropajes:
- Es posible ver pisadas de chancletas por el recorrido - avisa el guía mientras cruzamos un puente. - No os separeis! Es un tipo pelín extraño, pero agradable.
Dejada atrás la carroza, con los huesos destrozados y la cabeza recolocando el cerebro, el paisaje que encontramos ante nosotros es hermoso. Montes verdes, frondosos e imponentes. Un río furioso, con un caudal exagerado, marca el camino a seguir. El sol calienta y el esfuerzo se empieza a pagar. La noche se nos viene encima. Alguien sabía que se haría de noche por el camino? El guía nos dice que deberíamos haber llevado linternas. Es un profeta. Vamos a ser pasto de los mosquitos y de las tribus salvajes!
Continuará...
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cuando suben el 2º capítulo? :P
ResponderEliminaresto es mejor q cualquiera de las series del momento!!
Pretendo estar a la altura de Juego de Tronos, mínimo.
ResponderEliminarPaciencia, amiga!
Cada vez me impresiona mas lo que estas conociendo y como nos lo cuentas.Es un placer.
ResponderEliminarLa naturaleza es maravillosa, pero tiene muchas espinas.
Disfruta de la vivencia y cuidate mucho.